También opino que
las áreas silvestres y el empleo de una cámara con ganas de mostrar lo que
tenemos ante
nuestros ojos puede ayudar a esta cuestión.
Digo esto
porque Pokémon Ultrasol y Ultraluna cuenta su trama del
mismo modo que
un Pokémon en 2D pero en tres dimensiones y con una
obligación:
aproyechar la mayor capacidad de albergar textos que la que
existía en un
juego de rol .
En los títulos
originales, los personajes no tenían expresión ni rostro, y los bocadillos de
texto
estaban pensados
para contener tan solo un par de montoncitos de palabras, y a otra cosa. No
había demasiado
para leer porque tampoco había mucho que contar. Al dar el salto al 3D sigue
sin haber demasiado
que contar, pero ahora vemos las caras de los protagonistas, por lo que
tienen que
explayarse hablando, hacer chascarrillos y enrollarse. La verdad es que todo lo
referente a leer
diálogos me agotó en Ultrasol y Ultraluna.
Al volver a Pokémon
Oro, aprecié mucho esa comunicación tan escasa y justa que servía para
que entendiéramos
mejor que Rojo no necesitaba decirle nada a Oro, solo pelear. Esto no quiere
decir que quiero
que no se cuente nada en Pokémon Espada y Escudo. Más ver y menos leer por
leer. Vamos, lo que
se hizo con la Torre Bellsprout pero trasladado al 2019.
Hacerlo así
ayudaría a que el ritmo de la aventura principal se acelerase y a qué hubiera
más
cosas que hacer en
el endgame, pues estos rincones tan elocuentes no se van a encontrar solos.
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