lunes, 9 de septiembre de 2019

Mega Drive Mini: así es la mejor consola en miniatura





Por lo tanto, Mega Drive Mini, la apuesta de Sega para este cada vez más poblado mercado que mezcla nostalgia y entretenimiento, tiene parte del camino hecho, pero también llega en un momento en el que se ha pasado la novedad y se juzga de forma mucho más dura estas consolas. El catálogo es espectacular y la consola se comporta como se espera. Los matemáticos sabrán que es el que se encuentra situado exactamente entre el 41 y el 43, mientras que los autoestopistas galácticos sabrán que es el sentido de la vida, el universo y todo lo demás. En el caso que nos ocupa lo importante es que es el doble de lo que ofrece la competencia.



Que se lo digan a la PlayStation Classic, que de clásicos tenía el nombre y tres o cuatro juegos. Quien quiera podrá echarle decenas de horas sin problema y, en el peor de los casos, cada juego sale a poco menos de dos euros. El botón de encendido y el de reinicio sí funcionan, pero el de volumen también está ahí para recordar un tiempo pasado. Sega ha querido imitar los mandos originales, pero no habría pasado nada si también hubiesen recibido el tratamiento Mini.

En general todos los movimientos son intuitivos y no hay nada que no se solucione dando unos mandobles al aire o saltando sin ton ni son antes de entrar en materia. En Street Fighter, por ejemplo, cada botón corresponde a un tipo de puñetazo y para soltar patadas hay que pulsar el botón de Start. Al mantenerlo presionado es posible guardar la partida y volver al inicio. Una vez ahí, toca elegir entre los otros 41 juegos para echar un rato.

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