Llega a nuestras
Nintendo Switch un juego indie que llamó la atención desde su conclusión al
presentar una idea
peculiar en su combinación de géneros.
¿Qué nos
espera en el pozo?
La historia del
título funciona como trasfondo a un juego que podría funcionar como mero
arcade, dotándolo
de una profundidad que no necesita pero que contribuye a h un empaque más
atractivo del
conjunto.
Para superar
estos retos tenemos que golpear dichos componentes de un
pinball con
metálicas, que aparecen por diversas direcciones y muchas
veces en
grandes cantida.
De esta forma
conseguimos atraer las bolas que nos lanzan, con un disparo, y proyectarlo en
cualquier dirección
que queramos hacia los objetivos. Todos los niveles cuentan con
bifurcaciones que
nos llevan hacia retos opcionales que permiten obtener más energía y/o abrir
pasajes secretos
que nos conducen hacia nu herramientas y mejoras en la resistencia/vida de
nuestro robot. Se
nos cierta coordinación y habilidad pues tenemos que cargar y proyectar las
múltiples bo mismo
tiempo que esquivamos de manera constante y ágil pero nada
desesperante.
Desesperante hasta que llegamos hasta la prueba nnal, la cual es un auténtico
ineern nos hará
maldecir un montón de cosas que no tienen nada de culpa en esta vida.
Y esta sensación de
repeti se acentúa cuando en cada una de las mazmorras se hace un copiar
y pegar de grand
segmentos y retos de niveles anteriores.
VISUALMENTE GENUINO
Visualmente es
atractivo y una de sus bazas a la hora de formar una personalidad propia y
diferencia
cualquier otro título lanzado. Sin duda un trabajo genuino.
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