Tres años en los Final Fantasy VII
Remake ha acaparado toda la atención y cariño de la
compañía japonesa. Galbadia,
controlado por la malvada bruja Edea, ha puesto en marcha a sus ejércitos, que
tienen la intención de someter al resto de naciones del planeta. Lionheart y
otros miembros de la unidad de mercenarios de élite Seed unen fuerzas con Rinoa
Heartilly, una integrante de la Resistencia, con el fin de impedir que los
planes de Eldea salgan adelante. Sin embargo hoy no es momento de meternos en
más detalles de los debidos sobre Final Fantasy VIII, pues lo que estarás
deseando saber es cómo es este nuevo título de Square Enix como remasterización.
El sistema de combate permanece
invariable con respecto al original
Evidentemente nadie esperaba que
Final Fantasy VIII Remastered luciera como lo hará un remake en toda regla como
será el caso de Final Fantasy VII, pero el trabajo de Square Enix con esta
nueva versión del juego protagonizado por Squall y Rinoa se queda un poco
justo. Sin embargo, los fondos han quedado prácticamente intactos, casi del
mismo modo que eran en el original. Teniendo en cuenta que hace veinte años del
lanzamiento del juego original, el choque es llamativo. No tiene demasiado
sentido tener a personajes definidos y mejorados sobre fondos completamente
borrosos, efecto añadido para evitar que la pixelación de los mismos se note en
demasía.
Así las cosas, a nivel visual tan
solo tenemos una impresión extraña al ver a figuras definidas que parecen
superpuestas de cualquier manera sobre fondos que, ni de lejos, pueden hacerse pasar
por algo de la época actual. A ello hay que añadir algún caso de censura que
puede ser una nimiedad, pero del que hay que dejar constancia. Es el caso de la
invocación Sirena, a la que se le ha añadido más ropa. Las escenas cinemáticas
son el otro gran factor que demuestra que la remasterización no ha sido más que
un mero y rápido lavado de cara.
El nuevo modelado de los
personajes choca con la poca definición de los
Fondos
No obstante, estos agregados también
permiten aligerar la aventura para aquellos que ya
hayan jugado en múltiples ocasiones
al título. Y es que una de las nuevas posibilidades es la de eliminar por
completo los encuentros aleatorios, lo que nos permite perder menos tiempos con
combates sin relevancia argumental y centrarnos en la historia principal si así
lo deseamos. Para los que prefieran que su nueva partida en Final Fantasy VIII
no dure tantísimas horas como lo suele hacer un juego de esta franquicia,
también tenemos a nuestra disposición la opción de jugar a velocidad x3. Este
efecto, eso sí, no se aplica a algunas escenas ni tampoco a las cinemáticas,
pues son opciones pensadas tan solo para reducir el tiempo de juego, no para penalizar
a la historia.
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