viernes, 21 de febrero de 2020

Ver y pensar también es interactuar en un videojuego

Decimos que el videojuego es un medio inherentemente interactivo, con razón. Un videojuego, cuando está ofreciendo una experiencia pasiva en la que no tocamos el mando ni interactuamos con ningún elemento, sigue manteniendo su esencia de origen. Hace poco analizaba Coffee Talk, una experiencia muy pasiva en la que pasamos muchos minutos sin realizar nada. La máxima interacción del juego nos invita a preparar cafés y otras bebidas, cada muchos minutos, siendo la interacción más habitual la pulsación de un sólo botón que hace avanzar los diálogos .



 No, el videojuego sigue siendo videojuego, por muy pasiva que sea la interacción del jugador. Cuando estamos viendo una secuencia cinemática, por ejemplo, también estamos interactuando con el videojuego. Estamos viendo, asimilando, pensando y asistiendo a algo relevante en la experiencia, que en otro momento sí incluye elementos de interacción más palpables. El diseñador de juego siempre suele aplicar la máxima de interacción igual a diversión directa, descartando las formas más aburridas o pasivas.



  Un videojuego debe jugarse y debe ser interactivo, pues de lo contrario estaríamos hablando de otro método de expresión, pero esa interacción puede ser más o menos pasiva. Pero cada vez que disfrutamos de la experiencia que ofrece un videojuego, sea más pasiva o más activa, es interactiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario