lunes, 28 de octubre de 2019

Super Mario Odyssey


Super Mario Odyssey supone la vuelta de Mario a los mundos abiertos después de su paso por Wii y Wii U, donde nos dejó entregas más guiadas, pero igualmente llenas de calidad. Si a eso le añadimos los nuevos movimientos y el abanico de posibilidades que abre Cappy, tenemos uno de los mejores juegos de Mario que hayamos jugado nunca y casi el mejor plataformas 3D que se haya hecho. El poder del amor y de las energilunas Super Mario Odyssey no ha venido a reinventar el género, pero sí a revitalizarlo. Después de unas cuantas intentonas por parte de otros estudios, indies y no tan indies, ha tenido que ser Nintendo, una vez más, la que dé un puñetazo en la mesa y diga cómo se hace un buen juego de plataformas.



La historia
, conocida por todos a estas alturas, versa sobre Mario tratando de impedir que Bowser se case con Peach, o sea, el típico rescate, solo que esta vez no estaremos solos. Cappy, que así se llama el habitante del Reino Sombrero, será quien nos acompañe en esta inmensa aventura que nos llevará a recorrer el planeta de punta a punta, pasando por los más diversos reinos y conociendo a sus originales habitantes. Una historia que no es sino una excusa para dotar de cohesión a nuestro viaje y que cumple con su propósito sobradamente.

Capturando lo clásico…

Y no queráis saber más
, descubridlo por vosotros mismos, solo os diremos que por aquí hemos soltado alguna lagrimilla de emoción. No es solo el hecho de que podamos hacer más de 50 capturas distintas, es que Cappy será, a los pocos minutos, como una extensión de Mario, así de natural ha sido el cambio, más incluso que cuando controlábamos el Acuac en Super Mario Sunshine, que, por cierto, aquí también se ha recuperado su concepto con uno de los enemigos a capturar, y hasta ahí puedo leer. Este juego ha sido pensado con los Joy-Con en mente, igual que en su momento Super Mario 64 fue ideado teniendo en cuenta el mando de Nintendo 64. Solo así se explica que sea más satisfactorio de controlar con estos mandos por separado que juntándolos con el acople o incluso que usando el Pro Controller.



Serán ligeros toques o sacudidas que harán que nos movamos más rápido escalando o que Cappy salga dirigido hacia la dirección que le marcamos nosotros con un rápido giro de muñeca
, incluso al capturar a algún enemigo, este tendrá una acción única que se activa al agitar los Joy-Con. La buena noticia es que estos no son más que meros extras totalmente prescindibles que solo servirán para hacernos la vida un pelín más fácil, pero pelín, pelín, así que no dudéis en elegir el control que se os haga más cómodo, la variación en la experiencia jugable es, a la larga, despreciable. No es solo que la sintamos cuando nademos, montemos en moto o al pasar enemigos pesados cerca, es que estos cambios en la vibración servirán incluso para indicarnos que hay tesoros enterrados. Y para quienes gusten de sentir estas vibraciones a tope, Super Mario Odyssey nos deja, entre sus múltiples opciones, elegir distintos grados de fuerza en la vibración. 

Donde también ha variado la fórmula es en el modo en el que influimos en el cada zona
. Se acabaron los mundos cerrados y estáticos, Mario ha entrado en el terreno sandbox y eso significa, sobre todo, tres cosas. Super Mario Odyssey no es que sea más fácil que sus predecesores, que por momentos lo es, sino que el poder ir a donde queramos desde el principio, hablando siempre dentro siempre de una zona , ha hecho que encontrar objetos como lunas o monedas sea muchas veces una cuestión más de suerte que de habilidad, a lo que influye también el siguiente punto. Afortunadamente, estas son infinitamente más amenas de conseguir que los odiosos simpáticos seres de The Legend of Zelda.



Las energilunas son el combustible de nuestra nave y
, en cada mundo, deberemos conseguir un número determinado de ellas para poder volar hasta el siguiente. Algunas son sumamente fáciles de conseguir y otras, sobre todo antes de acabarnos la historia, serán más complicadas. No lo habíamos comentado aún, pero cada moneda tiene su función. Las doradas nos abren una parte de la tienda de gorras, llamada Crazy Cap, y con ellas conseguiremos objetos y atuendos no específicos de la zona en la que nos encontremos, al contrario de lo que ocurrirá con las monedas temáticas , que en cada reino cuentan con un diseño específico y que, ahora sí, sirven para atuendos, pegatinas y souvenirs para decorar la Odyssey propios de ese mundo.

Y ojo
, porque interesará conseguir los atuendos, gorra y traje, porque, si vamos conjuntados a determinados sitios, nos dejarán pasar a zonas de otro modo inaccesibles. Más allá de la parte estética o de esta pequeña anécdota , llevar o no un traje no influirá en absoluto en nuestra aventura. Bueno, salvo en el modo foto, en el que pasaréis incontables horas gracias a la expresividad de Mario y de todos los habitantes de su mundo y a la cantidad de opciones que ofrece, como rotar la cámara, zoom o hasta 17 filtros distintos, algunos de ellos espectaculares, como los que nos hacen ver la imagen como si estuviéramos jugando en una NES, una Game Boy o una Super Nintendo, conseguidísimos. Por cierto, las fotos se guardarán haciendo una captura de pantalla mediante el botón del Joy-Con izquierdo, lo que significa imágenes de 1280720 píxeles o de 7201280 píxeles, porque también podremos tomar imágenes verticales.


En el juego de Link
, podíamos no enfrentarnos al último villano hasta que nosotros quisiéramos, pudiendo completar absolutamente todo el mapa antes de hacerlo. Cuando acabemos con ellos, será cuando el reino nos ofrezca todo lo que tenía hasta ahora guardado para nosotros, o casi. Porque acabar la historia no será sino el comienzo de algo más grande. Y es que si de algo puede presumir este juego es de haberse sabido dosificar a la perfección.

Podremos jugar tres horas seguidas o diez minutos
, siempre tendremos algo que hacer. Por cierto, estas pruebas, como carreras, saltos a la comba, voleibol, etc., cuentan con marcadores online, por lo que si conectáis la consola a Internet podréis luchar por entrar entre los primeros puestos de la clasificación . Y no os hemos hablado de los amiibo. Si escaneamos a Mario, Peach o Bowser obtendremos protección, un corazón o la ubicación de las monedas, respectivamente.

Además
, con estos amiibo también desbloquearemos trajes, pero absolutamente todo se puede conseguir jugando, y no será ninguna locura, creednos. Esta no será la única manera de conseguir pistas, puesto que un toad también nos las venderá por un módico precio e incluso el loro Cotorrete nos las cantará, con rima y todo.

Bellas artes itálicas

Hay reinos que lucen espectaculares
, supersólidos y con un trabajo en el texturizado digno de alabar pero, sin embargo, hay otros, los más grandes principalmente, donde veremos algunas texturas de baja calidad y una distancia de dibujo inferior a la que nos habría gustado. Hay otro detalle que no nos ha acabado de gustar, y es esa transparencia punteada que se produce al acercar mucho la cámara. Respecto al sonido, ya habéis leído que habrá melodías mejores que otras, pero la gran mayoría tienen un nivel altísimo. Naoto Kubo, Shiho Fuji y el maestro Koji Kondo han abandonado el estilo que disfrutamos en Super Mario 3D World de Wii U y han vuelto a las canciones animadas y bien diferenciadas para cada reino.


Me voy de boda

Llegados a este punto
, es seguro decir que no hay duda de la grandeza de Super Mario Odyssey. Juguemos solos o acompañados , este nuevo juego de la saga ha venido para erigirse como el rey de los plataformas en 3D y, si no lo consigue, si estará muy cerca de hacerlo. Es el mejor Mario que se ha hecho desde Super Mario Galaxy , pero es lo suficientemente diferente a estos y a todos los demás, que podríamos perfectamente no compararlo con ninguno. Más de 30 años de historia que, por momentos, se dan la mano con el presente pero con la suavidad justa para que este Odyssey pueda volar por su cuenta, impulsado por la energía de estas nuevas energilunas y de la originalidad y calidad que atesora.


Sus fallos menores
, o el haber abrazado en cierta manera el género sandbox, no manchan sino tan solo un poco el triunfal regreso de Mario y compañía. La imaginación y el cariño puestos en este juego no tienen comparación hoy en día y, aunque su duración inicial no sea mucha , las posibilidades que se abren tras esto, como más lunas, áreas, logros o el volver a jugar determinadas fases y enfrentarnos nuevamente con los jefes finales, hacen que no queramos soltar el mando en días y días. No solo eso, sino que es un juego que volveremos a empezar desde cero por lo accesible y divertido que resulta desde el primer momento hasta el último.

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