Echo de menos emborracharme en el 7th Heaven con Biggs o Wedge, que Tifa y Cloud hablen más de su infancia y de sus anécdotas, conocer a Barret en un ambiente alejado del sufrimiento y la guerra... el juego podría haber aprovechado esos momentos de relleno de misiones secundarias para haber proporcionado muchos más momentos del estilo. Está bien recuperar viejas misiones como la batalla de las sentadillas y volver a contar con una escena jugable en moto, pero el resto de misiones secundarias no son más que puro relleno mal llevado que no satisface completar, pues su recompensa no merece la pena. Lo único que hasta ahora me ha llevado a completar la mayoría de misiones secundarias de Final Fantasy VII Remake ha sido la necesidad de realizar más combates y la posibilidad de obtener nuevas materias, pues el juego es lineal y el farmeo de experiencia es complicado. Yo hubiese generado más encuentros aleatorios con los enemigos y habría replanteado las misiones secundarias, quizás con un menor número, pero que estas siguieran la tendencia inicial de esos buenos momentos del principio del juego, que se pierden y se olvidan.
Pero esa profundidad que se da a ciertos elementos se desaprovecha en las misiones secundarias, que son el lugar ideal para reunir a personajes fuera del ámbito de la urgencia e importancia del objetivo principal para generar nuevos diálogos y situaciones enriquecedoras.
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