Qué bien entra FFXV
Es por eso que quería volver a Final Fantasy XV para hacer comparaciones, y las tareas semanales de Microsoft Rewards lo han convertido en casi una obligación. Volver a Final Fantasy XV un poco más de tres años después, sin Zelda Breath of the Wild en el horizonte y con la sensación de FFVII Remake aún fresca en los dedos es una gozada. FFXV sigue luciendo igual o mejor que el primer día, y aunque no llega ni de lejos al aspecto gráfico de Final Fantasy VII Remake, lo supera en muchos campos, especialmente en la agilidad de los personajes y las posibilidades del Lux de Noctis.
Las comparaciones son odiosas
Y por eso no voy a comparar dos juegos tan diferente en desarrollo y enfoque como FFVII y FFXV. Baste decir que la forma que tiene Nomura de desarrollar su historia en Final Fantasy XV vuelve a funcionar de lujo tras el concepto más directo, más guiado de las aventuras de Cloud en Midgar. Si queréis un consejo, desempolvad vuestra copia de FFXV o descargarlo en Xbox Game Pass y volved a él. Es la mejor forma que se me ocurre de dejar pasar el tiempo para quienes estáis esperando FFVII Remake como agua de mayo, y también para los que aún no lo tenemos tan claro.
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