lunes, 20 de julio de 2020

Análisis Neon Abyss PS4

Por lo tanto nos tocará descender al abismo en una sucesión de cinco niveles por mazmorras de diseño pseudo-aleatorio, conseguir nuevos ítems para adquirir habilidades pasivas y activas, intentar no morir, llegar al final y a por otra run. Neon Abyss es muy entretenido gracias a su curva de dificultad y a los premios que conseguimos tras cada partida. El título ya advierte que no es una buena idea sacar conclusiones precipitadas tras la primera inmersión en su propuesta. De esa forma podremos mejorar a nuestros personajes, pero también alterar la manera en la que se genera cada zona e incluso conseguir a nuevos reclutas para saltar al abismo.



De esta forma se favorece el regreso continuo a Neon Abyss. Querremos desbloquear a todos los héroes y ver hasta dónde se extienden sus mazmorras. Los personajes son simpáticos y realmente diferentes los unos a los otros. Además de por sus condicionantes físicos, también por sus ataques y por habilidades pasivas.

Es decir, Neon Abyss se esfuerza en gestionar adecuadamente nuestras ganas de volver una y otra vez a sus mazmorras procedimentales, nos premia, pero no regala nada en sus partidas.

Neon Abyss sabe cómo picarnos para echar otra run

Como decía al principio del análisis, Neon Abyss se apoya muchísimo en The Binding of Isaac, solo que cambia la perspectiva y le añade la opción de saltar. Lo interesante de The Binding of Isaac o incluso de Hotline Miami a la hora de disparar y matar es su sencillez. Esta idea está extraída de los juegos de naves en los que tampoco podemos saltar, solo movernos y disparar. Pero en Neon Abyss podemos saltar.



El problema es que ese brinco se descubre como algo que entorpece el ritmo. En el aire no podemos maniobrar ni hacer un doble salto a no ser que tengamos una habilidad concreta o a un personaje determinado, por lo que el juego tiene que contar con que en ese momento hay que bajar el ritmo de la acción. Es como si Neon Abyss no confiara demasiado en su salto y solo lo hubiera introducido para diferenciarse de The Binding of Isaac.

Hay objetos que potencian nuestro salto y nos hacen más poderosos, pero no es suficiente para que saltar sea interesante en Neon Abyss

Neon Abyss tiene aciertos en sus inspiraciones y en la forma de hacernos regresar a él, pero cuenta con estas irregularidades en la relación de sus mecánicas con su diseño de mundo. Las mazmorras se crean bajando a ese abismo al que hace referencia el nombre, mientras que el término ‘neon’ que lo precede se refiere a la música y a luminosidad de sus píxeles. Sí que es verdad que tampoco logra transmitir una personalidad propia, haciendo bastante fácil descodificar en qué juegos se ha fijado para formarse, pero funciona. En resumen, Neon Abyss no consigue colarse entre los más grandes del género por apoyarse demasiado en ellos sin ofrecer algo absolutamente propio, original o que lo haga destacar.





Pese a esto, Neon Abyss es un título notable, muy divertido y que se consume con hambre.

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