miércoles, 15 de enero de 2020

La ausencia de PS5 en el E3 2020 no es una mala noticia

Siendo categóricos, el único sujeto con razones de peso para percibir la ausencia de Sony en el próximo E3 como una mala noticia es -y solo puede ser- la ESA , la organizadora del evento. Te puede saber más mal o más bien -de hecho a mí me da cierta pena porque soy un nostálgico empedernido-, pero ni esto sentenciará la feria ni implica que Sony vaya a desaparecer del mapa hasta que salga PS5. PS4 va camino de los 110 millones de unidades distribuidas y ese éxito, además de lo evidente, también les ofrece a los nipones la posibilidad de pasar a un segundo plano, de no estar tan pendientes del trato continuado al usuario. Porque si esto va de relevos generacionales, Sony también ha vivido uno a nivel interno.


Los tiempos de John Kodera, Shawn Layden y Shuhei Yoshida han dado paso a los de Jim Ryan y Hermen Hulst, y tenemos motivos para pensar que esas nuevas caras quieren trabajar distinto, aprovechando el terreno edificado. Los nuevos puestos de dirección quieren jugar siempre en casa, y tratan de controlar la información ya sea mediante el State of Play, a través de exclusivas como las de Mark Cerny en Wired o utilizando eventos más generales, con menor competencia directa, como el reciente CES. Creo que la volveremos a ver tarde o temprano por ahí, que cuando las novedades solo puedan ser videojuegos regresará, pero no centrará sus esfuerzos en la cita angelina. Quieren ser noticia cuando nadie más lo sea, que es una estrategia tan lícita como querer serlo siempre que se pueda.

En caliente puede parecer que Microsoft nos esté dando más alegrías, pero en frío simplemente cada compañía está actuando en consonancia a su situación. Cada jugador saca partido a sus cartas. Que Mark Cerny se vuelva a dejar pasar por alguna redacción que tendrá la suerte de probar su consola en los próximos meses. Que la veamos, no mucho después, en un gran evento propio dispuesto a dar grandes titulares y, para terminar, que la tengamos en las tiendas entre octubre y noviembre.



Lo único que le pediría a Sony es que evite congregarnos para cosas tan pequeñas como el anuncio de un nuevo logo, que si quiere distinguirse así, si quiere aparecer con cuentagotas, que la espera merezca la pena.

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