lunes, 21 de febrero de 2022

ANÁLISIS DE ASSASSIN’S CREED: THE EZIO COLLECTION

 La saga Assassin's Creed es, hoy por hoy, para bien o para mal, una de las grandes sagas de los videojuegos. No es otro que Ezio Auditore da Firenze, el protagonista de una trilogía que hoy tenemos el placer de poder disfrutar remasterizada en Nintendo Switch.






La historia de Ezio al completo

Assassin’s Creed II nos sitúa en la Italia del Renacimiento con un joven libertino y qué únicamente piensa en pasárselo bien y en acabar con sus enemigos. Sin embargo, pronto su familia es acusada de traición y Ezio se encuentra en una posición complicada al encontrar un traje del Credo de Asesinos en una habitación de su casa. Pero lo que se postula como una historia de venganza, pronto se verá arrastrado a una guerra más antigua que él mismo, la de los Asesinos contra la Orden de los Templarios. Y, a partir de aquí, Ezio se posiciona como la cabeza del Credo de Asesinos en Italia por lo que cuando la Orden de los Templarios, en especial los Borgia, traman hacerse con el control de Roma, es trabajo de Ezio desmantelarlo y acabar con ellos.




Además, suya será la labor de atraer a nuevos reclutas y entrenarlo para la antigua guerra que libran ambas órdenes. De manera paralela nos cuentan la historia de Desmond Miles, el sujeto en cuya sangre se encuentran los genes de Ezio. No deja de ser un poco una historia secundaria sobre lo que nos quieren contar, puesto que Desmond no es el personaje más carismático. Es cierto que cuenta con momentos emocionantes, grandes giros de guion u ocasiones interesantes, pero bajo la sombra de la evolución y el carisma de Ezio y la gran historia que cuentan, se siente algo secundario.

Italia y Costantinopla, más bonitas que nunca

Cuenta con unas texturas muy bien definidas y muchas de ellas rehechas, puesto que algunos detalles de la ciudad como los ladrillos de las calles o un simple mosaico religiosos se ven excelentes que, sumado a una buena resolución, que brilla tanto en portátil como en el televisor. Por si fuera poco, se mantiene como una roca, es decir, ni forzando que varios grupos de la ciudad persigan al protagonista ha reducido la tasa de imágenes por segundo. Aun así, los años no pasan en balde en lo que a los personajes o ciertas situaciones de iluminación se refiere. Pero hay que hacer mención especial a las animaciones faciales, muy trabajadas y, si bien algún ojo se puede ir un poco, están muy trabajadas en general.







Lo mismo con la iluminación, sin olvidarnos de que en prácticamente la totalidad del juego tiene un buen apartado gráfico, hay veces que se nota aquella iluminación brillante de la que hacían uso los juegos de aquella época.

Italia y Costantinopla, verticales y llenas de contenido

La ciudad es el gran escenario donde nos moveremos y lo hace muy bien, puesto que no solo podemos desplazarnos por ella, sino que son totalmente verticales ya que en cada pared o esquina hay puntos donde agarrarnos y escalar.

Ezio escala, pelea y asesina

Como decíamos antes, el parkour y la escalada se pueden hacer en prácticamente cualquier punto de la ciudad, se hacen de manera muy sencilla y da gusto hacerlo con animaciones prerrenderizadas. El combate se basa en golpear, esquivar, agarrar y contragolpear con animaciones de muerte bastante llamativas. También se nota cómo Assassin’s Creed II es la primera entrega de la trilogía, puesto que el combate va evolucionando, tanto en ritmo como en calidad, así como los distintos artilugios con los que contamos, como los dardos envenenados que nos proporcionan en La Hermandad. Pasa igual con nuestro traje de asesinos, aunque hay variedad de trajes y colores, normalmente podemos ir comprando mejoras que nos proporcionarán más salud y afectarán visualmente al propio traje como hombreras o una pechera.

Conclusiones de The Ezio Collection

Todo ello bajo un gran remozado gráfico que luce muy bien en Nintendo Switch, con su HUD adaptado para jugar perfectamente en portátil y otros añadidos como una vibración HD discreta, pero que está ahí y control táctil en los menús. Se pueden notar algo anticuados en jugabilidad, sobre todo Assassin’s Creed II, y le podemos encontrar fallos, pero no desmerecen un producto que, en general, ha hecho las cosas muy bien para adaptarse a la consola y permitirnos tres de las mejores entregas de una saga que ha pasado por multitud de etapas.

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