Cyberpunk 2077 es una obra decepcionante en muchos aspectos. Una de las misiones que más me ha sorprendido de Cyberpunk 2077 (y que se convierte en uno de mis momentos favoritos de toda la experiencia) tiene a un/una robopilingui como protagonista. Ojalá el juego ofreciera más momentos de cerveza, de charlas, de poder elegir si tirar los trastos a un personaje justo después de una borrachera por delante de tanto disparo, combates y situaciones que convierten al juego en una experiencia anodina. Pagaría por ver a CD Projekt RED realizando un juego mucho más comedido, incluso sin combate, donde administraran todo lo aprendido en The Witcher 3 y Cyberpunk 2077 para ofrecer una experiencia de vida más normal. Quiero filosofar más sobre la vida con un robopilingui, frecuentar los bares de Night City, conocer a sus personajes dialogando y perderme entre conversaciones y decisiones.
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